
Para forjar un uso eficiente y racional de la energía en el hogar y el trabajo es necesario que el concepto de ahorro y uso eficiente se encuentre presente como parte de la cultura de cada ciudadano, también en los sectores de industrias, servicios, transporte y todos aquellos que hacen un uso intensivo de energéticos. Esta cultura debe iniciarse desde los primeros años de la educación escolar e ir afianzando y profundizando todos los hábitos a lo largo de la formación de todo ciudadano. Asimismo, el Estado debe promover el etiquetado de los productos más eficientes y hacer cumplir los estándares mínimos de eficiencia.
- Aprovechar al máximo la luz del día.
- Pintar las paredes interiores con colores claros.
- Apagar los focos innecesariamente prendidos.
- Usar focos ahorradores.
- Mantener la refrigeradora en buen estado (verificar sellos, termostato según estación, no meter alimentos calientes, no abrirla a cada rato)
- Planchar de día, no planchar ropa húmeda, planchar la mayor cantidad de ropa de una sola vez.
- Utilizar volúmen razonable ya que más volumen más consumo.
- Desconectar equipos sin uso.
- Mantener en buen estado las termas, así mismo no calentar agua en vano.
- Utilizar el sistema de la PC con la opción de ahorro de energía, desconectarla al apagar.
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